Este documento revisa el desarrollo de la industria acuícola en la región de América Latina y el Caribe durante la última década. En 2018, la producción acuícola en la región ascendió a un estimado de 3,1 millones de toneladas de productos acuáticos (excluidas las algas) por un valor de USD 17 200 millones en primera venta. Este sector alimentario está muy concentrado en unos pocos países con la producción combinada de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México representando más del 85 por ciento de la producción regional total. El salmón del Atlántico, la trucha arcoíris, la tilapia, el camarón patiblanco y el mejillón chileno contribuyeron en conjunto con el 80,4 % y el 85,9 % de la producción regional en volumen y valor, respectivamente. La acuicultura marina ha sido el entorno de producción dominante en la región durante las últimas dos décadas, representando el 70,1 % de la producción cultivada en 2018. Los modelos de producción varían ampliamente, con una concentración de empresas de gran escala en Chile, mientras que principalmente empresas pequeñas y/o o operaciones medianas en Brasil, Perú y varios otros países. Las especies introducidas siguen encabezando la lista entre las cultivadas, como la tilapia y los diferentes salmónidos, los cuales han contribuido al sustento y al empleo locales. El cultivo de tilapia ha contribuido significativamente a la seguridad alimentaria en muchos países de la región, mientras que la mayor proporción de salmón cultivado se ha destinado a los mercados de exportación. Las perspectivas de producción siguen siendo prometedoras, sin embargo, la industria requiere en general una mejor gobernanza, la adopción en todos los niveles de tecnologías apropiadas y mejores prácticas, y esfuerzos renovados para garantizar la sostenibilidad ambiental y la aceptación social, así como la competitividad y la previsión para hacer frente a los cambios climáticos y de mercado. Los pequeños estados insulares en desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés) enfrentan desafíos adicionales que incluyen experiencia limitada, altos costos de producción, suministros deficientes de semillas, así como eventos climáticos extremos y destructivos. El informe analiza cuestiones que requieren una atención regional más amplia para que crezca el sector de la acuicultura. Las recomendaciones clave se centran en las mejoras relacionadas con la gobernanza y destacan la necesidad de planes de desarrollo sectorial sólidos, políticas de apoyo y normas y reglamentos efectivos. La promoción de una cooperación más fuerte entre los países de la región y más allá en asuntos técnicos, la diversificación de especies y el apoyo igualitario a las operaciones agrícolas de pequeña y gran escala se identifican como elementos clave para fomentar la inversión y ayudar a la región a ganar una posición sólida entre productores mundiales de alimentos acuático