La planificación del abastecimiento futuro de las necesidades de energía eléctrica debe basarse en una estimación de dichas necesidades para un período suficientemente largo, fijado por los plazos de estudio y construcción de las obras de suministro. Adicionalmente, la estimación debe ser lo más acertada posible, considerando la magnitud de las inversiones que se ponen en juego y los perjuicios económicos derivados de una falla del abastecimiento.