Los bosques nativos de Chile se caracterizan por poseer un fuerte endemismo, y en cierta medida, una ecología compleja de determinar y monitorear bajo parámetros confiables desde el punto de vista científico. A esto se adicionan otras complicaciones operativas para contar con un mayor conocimiento técnico de estas formaciones, como por ejemplo la difícil accesibilidad dada por la escarpada geografía del país, principalmente en las zonas cordilleranas y áreas insulares. Pese a lo anterior, en Chile, dada su vocación forestal de larga data, se han desarrollado sustanciales esfuerzos científicos para cubrir las cada vez más demandantes necesidades de información cuantitativa que permita efectuar un seguimiento confiable de la situación de los bosques aportando a la toma de decisiones desde una perspectiva amplia, que abarca desde el manejo apropiado y sustentable de este recurso, así como también para esbozar lineamientos normativos y de fomento adecuados y respaldados legalmente. Si bien los esfuerzos en levantamiento de información de calidad en cuanto a parámetros de dinámica de bosques nativos de Chile ha sido sustancial, es por todos sabido que las necesidades son crecientes tanto de lo requerido a nivel nacional, como en los reportes forestales que compromete Chile a la comunidad internacional, a lo que se suma que no siempre la valiosa información que se ha generado tras años de investigación esté completamente analizada, sistematizada y dispuesta públicamente. Quizás en menor medida, pero de igual forma atingente, ocurre una situación homóloga con las especies forestales exóticas presentes en el país, así como también los denominados árboles urbanos, donde se evidencian enormes esfuerzos de levantamiento de información de calidad pero no siempre se cuenta con los antecedentes de forma expedita por parte de quienes desean consultarla.