Uno de los mayores problemas del mundo actual es la inferioridad del incremento de la producción agropecuaria con respecto al aumento de la población. La producción de alimentos no es suficiente para satisfacer una demanda siempre mayor. Ante este hecho, las pérdidas ocasionadas por malezas en los cultivos adquieren real importancia, ya que es imperativo aumentar la productividad de las zonas de aptitud agrícola. Una de las formas de lograr ese objetivo es mantener un estricto control sobre enfermedades, insectos y malezas, pues constituyen los principales agentes que causan efectos depresivos en los rendimientos de los cultivos.