Las especies agrupadas dentro de la categoría de hortalizas son numerosas y por ello han sido objeto de varias clasificaciones: por temporada de cultivo, por órgano de consumo, por familia entre otras. Normalmente, las hortalizas se fertilizan en exceso, especialmente con nitrógeno y potasio, sin distinguir entre tipos de hortalizas. La clasificación por órgano de consumo es una de las más relacionadas con la fertilización. De esta forma, si son hortalizas de hoja, se debe privilegiar el uso de nitrógeno y potasio más que de fósforo. Por otro lado, en hortalizas cuyo órgano de consumo es la inflorescencia, el fósforo adquiere mayor relevancia. Las hortalizas cuyo consumo es la raíz requieren una fertilización más balanceada, que incluya los tres macronutrientes. Especies de bulbo requieren dosis moderadas de nutrientes y estos deben concentrarse en los primeros centímetros del suelo, debido al arraigamiento superficial de este tipo de plantas.