La tarea de lograr alimentos seguros y saludables es una tarea compartida y requiere de una conducción y de un traspaso fluido de información veraz, confiable y útil. Esto se une además al hecho de que la sociedad chilena en su conjunto exige una oferta de alimentos nacionales con estándares tan elevados como los que cumple nuestra oferta exportable, presionando tanto a la institucionalidad pública como a la industria, a moverse hacia un otorgamiento de garantías de inocuidad y calidad, siempre por sobre las exigencias regulatorias vigentes. El proceso de modernización institucional con la creciente consolidación y formalización del Sistema Nacional de Inocuidad y Calidad Alimentaria, SNICA, es la respuesta a esas mayores exigencias de la sociedad. Este representará un salto cualitativo y modernizador de las capacidades del sistema en la prevención, el control y la mitigación de contingencias alimentarias, ayudando a minimizar los costos públicos y privados asociados. Fortalecerá la imagen de Chile como un país proveedor de alimentos seguros y saludables, mejorando las oportunidades de inserción en los mercados, la competitividad sistémica y permitiendo a la industria un mejor control de los costos en esta materia. El reconocimiento y vinculación de la Agencia con los actores del Sistema resulta clave en la perspectiva de la implementación de ese modelo institucional, así como del marco conceptual y metodológico que respalda su accionar. Debido a lo anterior, entre las tareas estratégicas de la Agencia se cuenta establecer vínculos formales y directos con el sector productivo, a través del sistema de fomento productivo; de la ciencia y la tecnología (I+D+i); de educación; formación y capacitación; de protección social; y de los consumidores; de desarrollo territorial; del sector diagnóstico y analítico; entre otros.