El surgimiento de la agroindustria nacional es relativamente antigua, pudiéndose decir que nuestras primeras deshidratadoras y conserveras nacieron casi junto con este siglo, fundamentalmente para destinar sus productos al mercado interno. En este sentido, durante los últimos 100 años siempre existió alguna cantidad moderada de frutas procesadas y luego exportadas, especialmente en momentos en que por acuerdos regionales, corno el de ALALC, se dieron facilidades para la venta al exterior de algunos productos. En los últimos años, la orientación de la agroindustria hortofrutícola chilena hacia el mercado externo fue más fuerte. Ello se debió en gran parte a la agresividad e imaginación que aportaron los empresarios, quienes incrementaron sus contactos con el medio internacional, resultado de lo cual entre los años 1982/83 el volumen de producción comenzó a crecer en forma significativa.