El conocimiento del uso del suelo actual e histórico aporta datos importantes para la planificación y ordenamiento territorial con fines de un desarrollo sustentable, como asimismo para la búsqueda de soluciones a los problemas mundiales de cambio global. En una perspectiva estratégica de desarrollo territorial, cualquier planificación u ordenación del territorio, requiere de bases sólidas en información actualizada acerca de la cobertura y uso de la tierra. Como elemento base de esta estrategia, surge además, la necesidad de contar con información base estandarizada o bien, resulta difícil combinar diferentes fuentes de información debido a diferencias metodológicas y de enfoque, por lo que su implementación es limitada o poco coherente con las aplicaciones a nivel nacional. Es así, que en años anteriores han surgido iniciativas para sistematizar el registro del uso de la tierra, como es el caso del Catastro Nacional de Vegetación Nativa BID/CONAF/CONAMA); los censos agropecuarios del INE; el Catastro Frutícola Nacional CIREN-ODEPA, el Catastro de Plantaciones Forestales de INFOR, pero han tenido una orientación y metodología dada por el interés específico de la instancia que materializó cada una de estas iniciativas. Los resultados obtenidos por cada uno de estos, no constituyen un referente común, por cuanto carecen de una adecuada integración, clasificación y representación de todas las actividades que hacen uso del suelo en nuestro amplio territorio.