Estas notas han surgido de la preocupación por detectar la tendencia que ha adoptado en los últimos años el crecimiento de la población rural y la población agrícola activa en nuestro país. Sospechamos que desde el segundo quinquenio de los años 1960, la población agrícola activa alcanzó su máximo absoluto y que ha venido declinando en este primer quinquenio de la década de los años 1960. Respecto a la población rural ella prácticamente se encontraría con una tasa de crecimiento cero o levemente negativa desde hace ya varios decenios. No tenemos la certeza de ambos fenómenos porque la información censal o de carácter general de que disponemos nos hacen tener algunas reservas respecto a la confiabilidad de los datos, ya sea porque las definiciones en uno y otro censo no son homogéneas, ya sea porque otras veces no son explícitas o bien porque se refieren a grupos humanos diferentes bajo una misma denominación. A pesar de ello y valiéndonos de estos datos, más algunos supuestos, podemos señalar aún cuando sea a manera de hipótesis que nos encontraríamos frente a una baja relativamente considerable de la población activa agrícola.